Con el corazón.
Haber nacido en una familia pobre es tal vez lo mejor o lo peor que haya pasado, haber caminado tantos estas calles de tierra sólo me hizo crecer el amor por lugar. Aunque ahora está bastante cambiado, antes decíamos "del asfalto para allá, del asfalto para acá" ahora tenemos tantos asfaltos que perdimos la ubicación y debimos aprender los nombres de las calles, lo mismo con los arroyos que inundaban los barrios más carenciados, y llenaban las escuelas por semanas de familias que lo perdían todo. Hoy estamos rodeados de escuelas, y estas están llenas de pibes, lo mismo con los vecinos que tenían auto, recuerdo cuando chica mi viejo no tenía nombre, era el señor de la camioneta, o a tres cuadras tenía un vecino que tenía un auto y era buena data saberlo por si alguno necesitaba correr a la salita sabía que podía pedirle que te lleven, ahora todos en mi cuadra tienen autos, hasta mi hermano. Vivir en un barrio de matanza te convertía automáticamente en empleada doméstica, o albañil, y con mucha suerte eras el o la hija del maestro, y eso ya era muy top. Hoy conozco familias enteras que tienen al menos uno de sus hijos en la Universidad pública, o hacen talleres, o tienen su propio enprendimiento. Montar negocios, levantar su casa, ir por más y alcanzarlo. Yo misma hice una casa y fui la primera en mi familia en tener canillas, o poner cerámicas. Fueron años de mucho trabajo de ver y creer que se podía desde el llano empezar de nuevo. Ser felices. Me descubrí un día gritando de alegría porque veía que se expulsaba de mi tierra, de mi lugar, a los dueños de la pelota, a los mismos que durante años nos habían asfixiado con sus presiones y se los mandaban al Carajo! Me descubrí otro día emocionada delante del televisor con un tipo que pedía perdón a un grupo de madres y había visto girar en la plaza mil veces, con una mujer que abrazaba a un hombre y en ese abrazo veía un compromiso, Y ya no tuve vuelta atrás, me había enamorado. Me abracé de lleno a mi historia, a mi lugar, me abracé a un sueño, y puse todas las fichas a jugar, caminé, canté, marché, lloré y disfruté durante años con completos desconocidos que me miraban y ya éramos hermanos. Llegué a esas plazas en tren, en colectivo, cantando, de la manos de mis hijos, de mi marido, sola. Nos abrazamos y hasta la despedimos a ella. Si un día me preguntan que fui, que hice de mi vida les quiero decir con el corazón latiendo a mil, que soy Cristinista.
Hoy en tan poco tiempo todo ha cambiado, hasta les diría que me siento por momentos perseguida, me siento asfixiada, y por ratos tengo miedo, he perdido la calma de mantener el trabajo, la tranquilidad con la que podía reclamar, he llorado mirando como se demoniza una letra, he golpeado puertas de rabia por que nos quitan o intentan quitarnos lo que nos corresponde, pero no he bajado los brazos, he aprendido la lección y con el corazón lleno de Cristinismo, abrazo mi bandera y que sea hasta la victoria, siempre.
Hoy en tan poco tiempo todo ha cambiado, hasta les diría que me siento por momentos perseguida, me siento asfixiada, y por ratos tengo miedo, he perdido la calma de mantener el trabajo, la tranquilidad con la que podía reclamar, he llorado mirando como se demoniza una letra, he golpeado puertas de rabia por que nos quitan o intentan quitarnos lo que nos corresponde, pero no he bajado los brazos, he aprendido la lección y con el corazón lleno de Cristinismo, abrazo mi bandera y que sea hasta la victoria, siempre.
Bellísimo compañera.
ResponderBorrarGracias❤✌
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