Barro
Me levanté cada día de mi vida sabiendo que al salir iba a pisar barro.
Yo no elegí este destino, cuando entré en razón ya estaba ahí, simplemente lo acepté.
Intentar por todos los medios no ensuciar las zapatillas. No quería que los chicos supieran que no vivía sobre asfalto.
A veces crees que fuiste estúpido por sentir vergüenza de tus orígenes, entonces yo te aseguro que todos lo fuimos.
Ser joven, adolescente y pobre, es una tarea ardua.
Todos los días necesitas cosas nuevas, siempre contando monedas e intentando que nadie note que estas arruinado o peor que tus viejos no llegan. Momentos donde reclamarle a Dios ya no alcanza, ¿eres estúpido maldito dios? Cómo me haces tan pobre a mi que sólo soy un joven y quiero no conocer aún el mundo adulto.
La gente me mira con lástima, bronca o miedo.
No entiendo que les pasa. O si. Entiendo. Leí por ahí que se llama prejuicio es la imagen que una o muchas personas se han hecho de gente que viste, habla, camina, o simplemente vive diferente a ellos.
Me encanta pensar en esto y hacerme preguntas, preguntas que yo contestaría pero no sé si otro sería tan honesto.
Ser pobre no es fácil, sabes que vas a pisar barro, sabes que ese barro es tuyo y te pertenece cuando algún compañero grita “quien ensució todo el piso?” tu cabeza y vos lo saben pero tu vergüenza no te deja contestar.
Quiero hacerle creer al mundo que pisar barro es lindo. No creo conseguirlo ya que la gente odia todo lo que es oscuro. Que no haya luz, que anochezca, la gente de color negra, el morocho, el distinto. Pero no siempre lo odia, sólo cuando accede a los mismos placeres que él tiene y no logra entender que el otro, ese distinto sin clase ni elegancia, se siente en una mesa al lado de él.
Yo piso barro y soy feliz muchas veces, me gustaría también ser más feliz y no tener que ocultar mis zapatillas manchadas para que me acepten.
Comentarios
Publicar un comentario