Cuando era chica no existía la tecnología que existe hoy, debe ser por eso que me fascinaba leer. Mi mamá siempre decía que tenía que leer mucho para aprender a escribir, pero a pesar de eso en mi casa no había libros. Lo que si había y en cantidad eran diccionarios y enciclopedias. Teníamos unos diccionarios tomos completos de tapa dura color rojo que venían cosidos, las letras en la portada eran doradas y parecían estar enterradas en la tapa, mi vieja los acomodaba por número, y siempre los tenía re ordenados. También había una enciclopedia tapa dura con un forro azul por encima, Asia, África, Europa, etc, que apenas pasabas unas hojas se desplegaban unos mapas hermosos llenos de referencias que a mi no me servían para nada pero me encantaba mirar. Y había uno que también azul pero grande, muy grande, o al menos yo los veía enorme que decía Anatomía. La geográfica jamás fue lo mío, a esta altura de mi vida no sé que es lo mío, pero si sé que la geografía no me gustaba demasiado, el...
Jamás voy a superarte, jamás tendré la fuerza para no llorarte. Increíblemente llevo más años vividos sin vos que con vos, y si lo pienso un poco fino casi no viví con vos... Pero tu recuerdo es tan idílico, es tan simbólico, es tan vos sin estar. Hubiese querido darte mil besos, mostrarte cuanto podía yo, porque si sola pude mucho imaginate con vos a mi lado... no hubiese habido día que no te fuese a ver, a mirar, a darte abrazos, no hubiese habido día del padre, Navidad, fiesta cual sea que pasase lejos tuyo. He vivido la ausencia de mil maneras, pero la tuya es desgarradora, es sentarme mil veces a pensar que hubiese sido de mi con vos. Con vos guiando mis estudios, con vos guiando mi adolescencia, con vos siendo el genio único que eras con esas manos gordas llenas de todo para darlo a cambio de tan sólo un poco de amor. Yo hubiese tenido todo ese amor para vos y más también, todo el que necesitabas y el que quisieras, pero en cambio tuve tu ausencia, y fue cada año un derrotero...
Sandra tenía unos veintidós años, era menuda, rubia y con una cara hermosa. Tenía mal carácter y vivía apurada, era socialmente problemática, hablaba muy mal, y su tono de voz denotaba su origen. Fuimos amigas, compañeras de trabajo por decirlo de alguna manera, durante un año. Tengo la virtud de poder hacer amistades en todos lados y si alguien me hace reír ahí me quedo. Tenía una furia en el alma, esa que tienen sólo aquellos que desean vengarse del pasado que les tocó vivir. Trabajadora incansable, madre por sobre todas las cosas. Donde estaba Sandra estaban sus hijos. Ella todo lo hacía por ellos. Tuvo la mala dicha de ser criada en un ambiente hostil para las mujeres, estaba acostumbrada a que el hombre mandaba y parecía no poder vivir sin esa imagen que le hiciera sombra. Me costaba mucho entender esto ya que mi crianza fue entre mujeres. Un buen día Sandra conoció a Cristian, un vago sinvergüenza que sólo quería usarla para su beneficio. Ella enamorada, pérdida en sus ojos...
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