No quiero cantar más
No quiero volver a decir si la tocan a Cristina. No. Nunca más. No quiero volver a la calle a cantar algo que no voy a poder cumplir.
Hace muchos años leo en todos los medios la violencia de la Campora, la violencia del peronismo. Veo fotos de compañeros tatuados en sus espaldas, golpeando bombos, y son señalados como violentos. He leído de domingo a domingo editoriales en los grandes medios de comunicación acusando al peronismo todo, de violento, de degenerados, de ladrones, de vagos. He leído y visto en la tele como se reproducen imágenes de compañeros y compañeras siendo acusados de las peores atrocidades. Nos culparon de un suicidio, de robos, de malversación, de traición a la patria. A nosotros, justo!
Nos estigmatizan, nos difaman, nos atropellan.
Sos peronista, no persona.
Una mujer peronista no es una mujer. Es una cosa, menos que un despojo. Nos pueden matar, violar, nos pueden golpear, nos pueden acusar de planeras, de negras, sucias, de mafiosas. Y si una mujer resalta, si una de nosotras llega al poder ¡ay de ella! somos putas, burras, grasas. Somos el cáncer de este país, somos lo peor. En nuestro partido tenemos todo lo malo del universo, desde nazis hasta golpistas.
Se han encargado durante décadas de acusar a nuestros líderes de atrocidades imperdonables. Nos persiguen, acosan, maltratan, nos hostigan. Nos deshumanizaron a tal punto que si nos pasa algo lo merecemos. Porque somos cosas que pueden tirar, golpear desaparecer, sin culpa alguna. De hecho la culpa siempre es nuestra. Algo hicimos, algo habrán hecho.
Somos una molestia que hay que eliminar. Debe ser por eso que avalaron civiles y medios de comunicación el peor genocidio que hayamos sufrido.
Perdón, la angustia me invade, no puedo dejar de reproducir en mi mente la imagen de Cristina con el arma en la cabeza. Estoy en pausa.
Decía antes no quiero cantar más y quizá algún caído del catre piense que flojita Mari, que poquito duro el defender a Cristina. No, no es así.
No quiero cantar más porque estoy agotada, estoy molida. No tengo más lugar en el cuerpo para que me hagan más daño y para que nos sigan maltratando. No quiero volver a cantar que si la tocan... porque a ella, a ella ya la tocaron.
¿acaso no lo vimos todos y todas?
La insultaron, la demonizaron, la humillaron, la persiguieron, la intentaron matar.
¿Lo repito?
Intentaron matar a Cristina.
Así, simplemente. Intentaron matarla porque saben que nosotros jamás íbamos a abandonar la lucha y jamás íbamos a dejarla sola. Porque no sé si se creen toda la basura que escriben sobre nosotros, pero si sé que ellos son conscientes que jamás vamos a abandonar ninguna de nuestras banderas, y ella es nuestra bandera.
Es complejo con mi corto vocabulario explícitar todo lo que siento, es complejo para mi. ¿por qué permitimos que nos hagan todo esto? ¿lo merecemos? A veces quisiera no sentir empatía. Mi cabeza repite ¿por qué no soy de derecha? Dios, todo sería más fácil. No me importaría nada, podría fijarme en mi culo y no sufriría por nada más. ¿Por qué no soy de derecha? Dios que fácil sería todo, nisiquiera tenes que esforzarte. No sufriría cuando llueve pensando si un barrio se inunda, no sufriría si hace frío pensando en las familias que tienen casitas precarias, no sufriría cuando hace calor por los pibes y pibas que no tienen una plaza cerca para ir a jugar o por los que no tienen agua potable y se enferman. No sufriría por quienes no tienen trabajo, o por las madres y padres que no pueden comprar un par de zapatillas a sus hijos. Dios, por qué no soy de derecha? Me hubiese ahorrado años de gastar sueldos enteros en armar talleres, o hacer apoyo escolar, me hubiese ahorrado zapatillas marchando, caminando mi barrio. Me hubiese ahorrado años de vida, lágrimas. Me hubiese ahorrado tiempo para mi familia y no yendo a militar para otros. Maldigo el momento en que este corazón se agrandó y entró tanta gente. Maldigo el momento en que mi abuela se pudo jubilar después de haber trabajado en la precariedad y el egoísmo absoluto de sus jefes que jamás le pagaron sus aportes. Lo maldigo porque conocí el amor profundo por un movimiento y ya no tuve vuelta atrás, iba a sufrir. Porque no sé si el amor vence al odio, pero que se sufre por amor eso lo juro.
Creo que puedo enumerar de memoria todas las conquistas sociales, los derechos que hemos adquirido gracias al peronismo. Puedo explicar por qué no soy de derecha, lo que no puedo explicar es este amor incondicional con Cristina y con cada compañero y compañera que he compartido estos años.
Leía redes sociales y miraba noticias, esperaba ver algo de la casa de Cristina, pensaba en estar bien para el sábado ir a Merlo, me escribía con amigos y amigas. De pronto escucho "intentaron atacar a Cristina" miro el celular y veo un tuit que decía "trataron de matar a Cristina" la vista se me nubla, intento pararme, vestirme rápido, las rodillas me tiemblan. Me tiembla el corazón. Me tiembla el alma, la vida. ¿Como? ¿quién? ¿Como puede ser? Mensajes, llamadas, tuits. Todo se arrebata, todo es confusión. No hay información precisa. Todo es bronca y dolor.
¿Y el si la tocan? La tocaron. Le pusieron un arma casi en la frente. Le apuntaron a la cabeza.
Quiero salir, todo se vuelve desesperación.
Los compañeros en la tele cantan "si la tocan a Cristina, que quilombo se va armar" busco desahogo con mis compañeros y compañeras de la básica, estamos todos en estado de yok (me cago en el inglés) todos queremos hablar de esto, queremos estar juntos, saber quién fue el que se atrevió a semejante maldad. Nos ponemos todos y todas a disposición para salir ya mismo pero a ella ya la tocaron, la tocaron nomas y seguimos cantando. Ellos (la derecha rancia, el macrismo, los medios de comunicación hegemónicos) lo saben, saben que los ríos de tinta que gastan en nuestra contra son verso, que somos mansos, que no vamos a hacerle daño a otros, porque para nosotros la patria se construye con el otro. Saben que somos un movimiento de paz y amor que estamos en las calles para demostrar que vamos a defender derechos, que vamos a cuidar a nuestros hermanos, saben que el amor es nuestra forma de vida y que no hay lugar para el odio, pero más aún saben que somos absolutamente democráticos. La tocaron y nos movilizamos y cantamos, y reímos y lloramos. Somos eso.
Somos soldados del pingüino que un día nos dijo que la cuidemos y estábamos haciendo eso justamente. Cuidarla, como se cuida a la familia, con amor, con ternura. La cuidamos porque ella nos cuidó siempre, porque nos dio herramientas, porque nos hizo mejores. No quiero cantar más y no es por abandonar la lucha quiero dejar de sentir miedo que le hagan algo, quiero no tener que cantar "si la tocan" porque quiero que la dejen en paz. Que nos dejen disfrutarla, que nos dejen abrazarla y cuidarla. No quiero cantar porque tengo miedo.
Han pasado 72 horas del intento de asesinato a Cristina. Puedo decir con precisión que ninguno de los que de este lado está siente odio, todos y todas estamos angustiados, estamos a la expectativa, en estado de alarma, con el corazón sensibilizado y con miedo. No lograron su cometido, con ella. No van a lograr doblegar a este pueblo peronista y mucho menos que claudiquemos en la lucha por el amor y la igualdad.
No desaparecen las convicciones por ponerte vallas, no desaparece la historia porque nos persigan o encarcelen, nadie se olvida de quien no lo traicionó. El Indio dijo "nadie es capaz de matarte en mi alma" y les juro que es así. Lloro mientras escribo, lloro mientras leo como nos acusan de intentar hacerle daño, lloro de ver como a pesar de ser las víctimas nos tratan de victimarios. Lloro de dolor y también agradezco a la vida a tener tantos compañeros y compañeras con quien compartir estos sentimientos. No quiero cantar más "si la tocan" quiero marchar y cantar fuerte y claro NO NOS HAN VENCIDO.
Abrazo a cada compañera y compañero.
te quiero mucho
ResponderBorrarYo a mi, Maga de mi cora
ResponderBorrar